¿Por qué existen los recuerdos antes que nada, la imaginación en vez de una pantalla gris? ¿Cómo es capaz el cerebro de coordinar procesos complejos y la actividad neural no es más que ruido blanco? La respuesta habitual apunta casi siempre hacia la auto-organización, pero muchas veces estas explicaciones no son más que un montón de palabras. Se habla en vacío de complejidad, de teorías del caos e incluso de dimensiones fractales, sin embargo pocas veces se exhiben las ecuaciones ni se hace mención al sistema material que sustenta dinámicas tan exóticas. Este post está dedicado a mostrar sólo una punta de los mecanismos materiales subyacentes que posibilitan la formación de memorias.
La cantidad de neuronas en el cerebro humano es gigantesca y por cada neurona existen, además, un número inmenso de dendritas. El campo dendrítico, que es el conjunto de todas las dendritas de una neurona, es una arborización que cumple las funciones de un puerto de llegada al que arriban los axones de otras neuronas para hacer contacto. La propagación de una señal de una neurona a la siguiente se hace a través de sinapsis; estas sinapsis son finísimas brechas que separan el botón terminal del axon de la densidad postsináptica de la dendrita.
Si el número de neuronas es impresionante y mayor aún es la cantidad de dendritas, la cantidad de sinapsis en todo el cerebro provoca escalofríos (sobre todo en invierno). Es un tópico de algunos divulgadores compararla con el número de estrellas o de granos de arena en una playa. No sé si la comparación está justificada, pero que son muchas, son muchas. Así que de vuelta al principio: Dado que el tráfico de señales se debe en parte a la estructura por la que circulan, ¿cuáles son los mecanismos que tiene el cerebro para organizar dicha estructura?
Ya habíamos visto la manera sui generis que tiene el cerebro de producir las proteinas que necesita directamente en el lugar que las necesita. Esta producción estaba guiada por la actividad neuronal, si lo recuerdas (si no, no tienes que más que hacer click en el enlace anterior). También se pudo demostrar que ciertas "compuertas" compuertas de entrada, también dependen de la actividad eléctrica. En el caso de los contactos sinápticos parece ser que el proceso es similar.
Se sabe desde hace tiempo que la actividad eléctrica, sobre todo en la fase inicial de formación del cerebro, puede formar patrones de interconexiones sinápticas. Por ejemplo, los impulsos nerviosos que transportan información sensorial influyen en la formación de los mapas funcionales de las áreas cerebrales que reciben esos impulsos. Así, un gato privado de la visión en su período de desarrollo será ciego por el resto de su vida, o en una rata a la que se le ha practicado una extirpación neonatal de una columna de vibrisas (bigotes), la región cerebral correspondiente será empleada por las vibrisas adyacentes.
Las dendritas se desarrollan en una secuencia fija: Inmediatamente después del nacimiento son relativamente lisas, pero enseguida hacen brotar numerosas protuberancias filopoides, que posteriormente son reemplazadas por espinas dendríticas cuando el cerebro madura. Las protuberancias dendríticas, incluyendo filopodia y espinas, son estructuralmente dinámicas.
La filopodia realiza sinapsis que resultan muy importantes en la instauración de las conexiones sinápticas durante el desarrollo, facilitando el camino para la formación de espinas maduras guiada por la actividad en otras sinapsis cercanas. En un trabajo presentado a la revista Science en 1999, Maletic-Savatic, Malinow y Svoboda encontraron que estas estructuras se mantenían incluso sin actividad eléctrica adicional, pero entonces no seguían creciendo; el crecimiento fue específico de la entrada, ocurrió sólo cerca de las partes activadas de la dendrita.
Si cambiamos de plano y regresamos al mundo cotidiano, estos resultados bien podrían decir que el hecho de recordar facilita la formación de nuevas memorias y como los procesos de formación y recuperación de los recuerdos está muy emparentado con el aprendizaje, lo que nos están diciendo es que el mismo proceso de aprendizaje mejora la inteligencia. Por lo tanto, la tan mentada auto-organización se debe a que existen procesos de este tipo en los que el cerebro, mediante su propia actividad, va seleccionando en que zonas aumenta su sensibilidad sináptica y que otras quedarán desconectadas por desuso.
La cantidad de neuronas en el cerebro humano es gigantesca y por cada neurona existen, además, un número inmenso de dendritas. El campo dendrítico, que es el conjunto de todas las dendritas de una neurona, es una arborización que cumple las funciones de un puerto de llegada al que arriban los axones de otras neuronas para hacer contacto. La propagación de una señal de una neurona a la siguiente se hace a través de sinapsis; estas sinapsis son finísimas brechas que separan el botón terminal del axon de la densidad postsináptica de la dendrita.
Si el número de neuronas es impresionante y mayor aún es la cantidad de dendritas, la cantidad de sinapsis en todo el cerebro provoca escalofríos (sobre todo en invierno). Es un tópico de algunos divulgadores compararla con el número de estrellas o de granos de arena en una playa. No sé si la comparación está justificada, pero que son muchas, son muchas. Así que de vuelta al principio: Dado que el tráfico de señales se debe en parte a la estructura por la que circulan, ¿cuáles son los mecanismos que tiene el cerebro para organizar dicha estructura?
Ya habíamos visto la manera sui generis que tiene el cerebro de producir las proteinas que necesita directamente en el lugar que las necesita. Esta producción estaba guiada por la actividad neuronal, si lo recuerdas (si no, no tienes que más que hacer click en el enlace anterior). También se pudo demostrar que ciertas "compuertas" compuertas de entrada, también dependen de la actividad eléctrica. En el caso de los contactos sinápticos parece ser que el proceso es similar.
Se sabe desde hace tiempo que la actividad eléctrica, sobre todo en la fase inicial de formación del cerebro, puede formar patrones de interconexiones sinápticas. Por ejemplo, los impulsos nerviosos que transportan información sensorial influyen en la formación de los mapas funcionales de las áreas cerebrales que reciben esos impulsos. Así, un gato privado de la visión en su período de desarrollo será ciego por el resto de su vida, o en una rata a la que se le ha practicado una extirpación neonatal de una columna de vibrisas (bigotes), la región cerebral correspondiente será empleada por las vibrisas adyacentes.
Dinámica dendrítica. Las espinas sobre las dendritas son estructuras relativamente estables. En contraste, las delgadas extensiones de las dendritas llamadas filopodia son dinámicas, exhibiendo tanto extensión como contracción (flechas azules). La flecha roja indica el sitio donde una filopodia saliente hace contacto con un axon vecino, posiblemente iniciando la formación de una conexión sináptica. Después del contacto, la filopodia se transforma en una espina dendrítica. El proceso de extensión filopódica y formación de sinapsis es puesto en marcha por actividad eléctrica y la activación de los receptores. |
La filopodia realiza sinapsis que resultan muy importantes en la instauración de las conexiones sinápticas durante el desarrollo, facilitando el camino para la formación de espinas maduras guiada por la actividad en otras sinapsis cercanas. En un trabajo presentado a la revista Science en 1999, Maletic-Savatic, Malinow y Svoboda encontraron que estas estructuras se mantenían incluso sin actividad eléctrica adicional, pero entonces no seguían creciendo; el crecimiento fue específico de la entrada, ocurrió sólo cerca de las partes activadas de la dendrita.
Si cambiamos de plano y regresamos al mundo cotidiano, estos resultados bien podrían decir que el hecho de recordar facilita la formación de nuevas memorias y como los procesos de formación y recuperación de los recuerdos está muy emparentado con el aprendizaje, lo que nos están diciendo es que el mismo proceso de aprendizaje mejora la inteligencia. Por lo tanto, la tan mentada auto-organización se debe a que existen procesos de este tipo en los que el cerebro, mediante su propia actividad, va seleccionando en que zonas aumenta su sensibilidad sináptica y que otras quedarán desconectadas por desuso.
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